Tu envidia es mi progreso

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La frase que encabeza este post está escrita en la parte posterior de muchos camiones y buses que circulan por muchas calles y carreteras latinoamericanas. Parece revelar la verdad que la envidia existe - aunque a muchos les avergüenza aceptar que la sienten - y que supuestamente si alguien te envidia eso es un motivador para seguir progresando y avanzando.

 

Santo Tomás de Aquino con su agudeza describe la envidia como la alegría por el mal ajeno y la tristeza por su bien. En el fondo es un defecto del espíritu humano y es más o menos obvio que sentirlo nos produce vergüenza.

 

En 2010 la revista Harvard Business Review mencionaba que esta emoción tiene un impacto relevante en la motivación y la productividad de las personas. Sin embargo la sorpresa es grande cuando nos damos cuenta que no solamente impacta a los envidiosos sino también a los envidiados. La emoción no solamente tiene influjo en quien tiene la envidia sino también en el que es envidiado.

 

En todo caso es una experiencia que está presente en todo grupo humano y no es algo ausente de los ambientes laborales si no más bien algo muy presente. Un primer consejo que te puedo dar es que si sientes la envidia hacia alguien analiza si tu motivación laboral o tu productividad vienen bajando en el último tiempo porque podrías estar más enfocado en lo que hacen los demás que en lo que te toca hacer a ti.

 

En el post siguiente seguiré hablando de este problema como también de su relación con el chisme.