Existen slogans publicitarios que quedan grabados en la memoria colectiva de la gente. La tarjeta de crédito es un objeto querido y odiado a la vez. Nos salva de situaciones y nos soluciona la vida en algunos momentos sin embargo también puede llevarnos a la vida loca y consumista.

Mastercard opta por ponerse de tu lado, supuestamente. El slogan quiere congeniar contigo para hacerte caer en cuenta que hay experiencias que no se pueden comprar con dinero. Sin embargo, todo lo demás, sí se puede comprar. Se muestra tu aliado, pero en realidad quiere ganarte la guerra y vaya si no ha vencido a más de uno que ha sufrido con las deudas o la quiebra económica. ¡Espero que no sea tu caso!

La columnista de la Revista Dinero, Alejandra Carvajal, de manera muy aguda afirma con contundencia que más importante que el dinero es el saber cómo relacionarse con él. Más adelante afirma que la verdadera vida exige elegir bien y con sabiduría. Cita al economista Richard Easterlin que afirmó en 1974 que el crecimiento económico no viene acompañado de la felicidad de las personas. Atesorar y atesorar no necesariamente conlleva a mayor felicidad de las personas.

Un líder tiene que aprender a luchar en la vida por las cosas que realmente valen la pena. El dinero es importante. Sin embargo, hay muchas cosas que no puede comprar. El dinero no compra el amor auténtico, ni compra una familia o la amistad verdadera. No puede comprar confianza ni fidelidad. Nada vale más que el abrazo de una madre, el beso de tu hija o hijo, o el respaldo de un amigo en un momento de dificultad. Si la motivación de un líder es solamente el dinero poco a poco se dará cuenta que no tiene todo lo demás, que en realidad es lo más importante en la vida.

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(Ver artículo de Carvajal, Alejandra. Revista Dinero. “Realmente, ¿por qué cosas vale la pena luchar en la vida?”