Hábitos y oportunidades

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La pandemia del Covid-19 ha dejado dolorosas secuelas a su paso.  Son muchas las familias afectadas, y el futuro para las empresas está siendo incierto y complicado.  Esto sumado al confinamiento de la cuarentena, podría generar en las personas una sensación de desaliento.  ¿Podemos hacer algo ante esta realidad?

Las crisis han formado parte en la historia de la humanidad, y, por lo tanto, también han sido un escenario ideal para desarrollar nuevas destrezas.  Por eso, este es el momento para edificar al “profesional post Covid-19” asumiendo cotidianamente algunos hábitos que serán claves en el futuro inmediato.  En este caso, me enfocaré específicamente en cuatro: 

  1. Cumplir los acuerdos laborales.  Como mencioné en un artículo anterior, es probable que el teletrabajo no se adecúe a la jornada laboral tradicional, por lo que se debe implementar el “trabajo por objetivos”.  Ante esto, es totalmente saludable que todo el equipo participe de la planificación semanal, declare los avances esperados, y al final del período, evalúe el cumplimiento.  Esto cohesiona el equipo y promueve el desarrollo de las competencias de corresponsabilidad y orientación a resultados. 

  2. Dedicar tiempo a la formación personal.  Con tanta información disponible en la red, es factible aprender algo nuevo, ya sea un software, una herramienta, una metodología ágil, o simplemente aprender las recetas de sus platos preferidos.  Instruirse tiene dos efectos positivos, pues por un lado se obtiene la satisfacción del crecimiento personal, y por otro, se estimula el pensamiento lateral que promueve la creatividad.  Con esta práctica se adquieren las competencias de flexibilidad e innovación.  

  3. Compartir con la familia.  Éste es el ámbito más personal e íntimo para dar y recibir, y en momentos de crisis, es la balsa en la que prima el diálogo y el apoyo.  Compartir con la familia siempre será una buena inversión, pero además desarrolla el liderazgo, la empatía y la colaboración. 

  4. El último y más importante hábito es el de fortalecerse en el encuentro con Dios.  La crisis también recuerda la fragilidad humana, y nos lleva a buscar a quien tiene la capacidad de “calmar las tempestades”.  Por eso, Dios nos ayuda a mirar adelante con esperanza, y encontrar la fortaleza para ayudar al que lo necesita.  En este camino desarrollamos las competencias de optimismo, proactividad, visión trascendente y resiliencia.  

Finalmente, quiero solidarizarme con quienes han sufrido las dolorosas consecuencias de la pandemia, y alentar a todos los que están colaborando para contenerla.  Todo esfuerzo será importante para ganar esta batalla, y así juntos, volver a reconstruir nuestro querido Ecuador. 

Imagen de Odoo y bloque de texto

Ing. Alex von Buchwald Obando

Profesor Titular Principal de Humane Instituto de Negocios.
Miembro del Comité de Cultura Organizacional de Humane Instituto de Negocios.

Consultor Empresarial de Humane Consulting Group.
Coach y Experto en desarrollo del Talento Humano.
Columnista del segmento La Revista del Diario El Universo.