En uno de esas tantas frases que vuelan por los aires de internet se dice que el chisme envenena a quien lo dice, a quien lo escucha y a quien lo dice. En todo caso podríamos decir que es un virus potente.

Hace poco me pidieron dar unas charlas en una empresa sobre buenas prácticas de comunicación. En mi investigación previa me encontré muchas investigaciones de cultura organizacional en donde se afirmaba que uno de los más grandes males de las instituciones es el chisme.

¿Qué es el chisme? Cada vez que alguien tiene una duda sobre un significado lo más sencillo es ir a un diccionario. Escisión, separación, ruptura son las primeras definiciones que uno encuentra y luego dice que el chisme es una noticia que puede ser falsa o verdadera y que con ella se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna. 

En ese sentido no se trata sólo de hablar mal de alguien. También se trata de divulgar incluso una noticia buena pero con el fin de indisponer a otros. El libro de los Proverbios - ese libro bíblico que contiene sabidurías potentes - dice que “el hombre perverso provoca contiendas y el chismoso separa a los mejores amigos” (Proverbios 16,28).

El sentido común o sabiduría popular nos invita siempre a recordar que “no hagas a los demás lo que no quieras que hagan contigo”. Creo que a nadie le gustaría ser víctima del chisme. Entonces, ¿porqué a veces lo hacemos?, ¿cuál es el gusto que encontramos en esto?

Un primer consejo que te doy es que te puedas revisar para saber si tú eres de los que utiliza el chisme de manera graciosa o superficial pero no te das cuenta que con tus comentarios estás lastimando o hiriendo la buena fama de alguien. ¿Te gustaría que hicieran lo mismo contigo?