¿Ansioso en extremo? Duerme y desayuna bien.

-

De igual forma que el estrés, la ansiedad se ha convertido en una palabra muy repetida en el lenguaje popular, real y virtual. Se ha incorporado en las narrativas de los jóvenes sin ellos saber exactamente que están diciendo. Sin embargo, fuera de lo mencionado, si podemos constatar que cada vez la gente “sufre” más de ansiedad y “disfruta” menos de una vida tranquila y sosegada.

 

La ansiedad es un fenómeno humano que puede ser normal y hasta necesario. Se convierte en un mecanismo de defensa que nos pone en alerta y en disposición de enfrentar una situación que nos genera incertidumbre o que es difícil para nosotros. Hablar en público, tener una entrevista de trabajo, realizar una negociación importante, etc, pueden ser situaciones que nos generen una sensación de inseguridad y activen en nosotros todas nuestras fuerzas para responder de la mejor manera a lo que tenemos que hacer. Hasta aquí estamos hablando de una emoción que puede ser común y normal y que nos ayuda a ser más productivo y eficiente.

 

Sin embargo, como sabemos, siempre los excesos son malos. Y la ansiedad en dosis altas puede convertirse en un obstáculo que nos puede llevar incluso a la enfermedad y convertirse en algo incapacitante. Llevar una vida desequilibrada o donde los límites se traspasan con facilidad o se abusa del organismo de diversas maneras son condiciones que nos pueden llevar a sufrir consecuencias psicobiológicas a mediano o largo plazo. Cuando se vive expuesto a un excesivo esfuerzo físico y poco descanso, cuando se vive sobreestimulado por imágenes, sonidos o experiencias emocionales intensas, cuando la alimentación es mala o de forma poco nutritiva o el insomnio se vuelve recurrente; la ansiedad puede ser un enemigo que crezca de forma exponencial.

 

Nuestro organismo necesita señales y rutinas que sean ordenadas, previsibles y normales. Cuando las rutinas son imprevisibles, la ansiedad a nivel orgánico se dispara. El organismo necesita ser tratado con respeto y cuidado. Todo el mundo sabe que los juegos pirotécnicos alarman y dañan el sistema nervioso de los perros. Sin embargo, cuando se trata de cuidarnos a nosotros mismos, no sabemos que es lo que nos hace daño y que es lo que nos hace bien. No podemos explotar o extralimitar a nuestro organismo a situaciones para los que no está hecho.

 

Por esto mi recomendación empieza por lo más sencillo. Pasa por cuidar dos rutinas básicas y evidentes. La primera: duerme bien. Lo necesario para tu salud, pero, sobre todo, duerme a la misma hora y despiértate a la misma hora. La segunda: desayuna muy bien todos los días. Un desayuno bueno debe contener todos los nutrientes necesarios para obtener la energía suficiente para el trabajo diario. Los estudios clínicos demuestran que muchos pacientes con ansiedad mejoran cuando sus rutinas se ordenan, especialmente en el sueño y la alimentación.

Imagen de Odoo y bloque de texto

Psic. José Alfredo Cabrera Guerra
Main Coach en Humane Escuela de Negocios.
Comisionado del Comité de Formación de Humane Escuela de Negocios